Cómo identificar y tratar alteraciones digestivas en tu perro

Si recientemente notaste algunos cambios en la conducta de tu perro a la hora de comer o defecar, estos pueden ser signos de alteraciones digestivas.
Veterinario revisando a un Dachshund adulto sentado en camilla de exploración.

Si notaste cambios en la digestión, la defecación o la alimentación de tu perro, es importante que lo lleves al veterinario, para que pueda hacerle un examen completo. Sin embargo, también existen muchos signos que podés observar y que pueden indicar alteraciones digestivas específicas.

Es útil comprender la digestión de tu perro y lo que es "normal" para él cuando se trata de la defecación y otras funciones corporales, ya que así podrás detectar rápidamente si algo no está bien.

Diarrea y alteraciones digestivas en perros

La diarrea es un síntoma común de problemas digestivos, en particular en el intestino grueso y delgado. Si tu perro tiene diarrea, sentirá la necesidad de defecar con mayor frecuencia y le sucederá muy regularmente. Es probable que las heces sean más líquidas que sólidas y pueden contener mucosidad. Las enfermedades del intestino grueso hacen que tu perro presente pequeños volúmenes de diarrea, pero que los evacúe con mucha frecuencia.

Constipación en perros

La constipación es otro síntoma frecuente de alteraciones digestivas y puede tener una serie de posibles causas subyacentes. Si tu perro está constipado, las heces serán duras o secas, y defecará con poca frecuencia. También es posible que tenga que hacer un mayor esfuerzo al intentar defecar.

Perro adulto acostado sobre un sillón de cuero.

Vómitos y regurgitaciones en tu perro

Algunas alteraciones digestivas pueden hacer que tu perro regurgite o vomite, que son dos funciones corporales diferentes con causas distintas.

La regurgitación es una actividad pasiva que puede ocurrir inmediatamente después de tragar y hace que tu perro devuelva alimentos sólidos sin digerir. También puede sentir dolor al tragar. El vómito es una acción refleja que se acompaña de náuseas, arcadas o salivación excesiva. Se devuelven alimentos y líquidos que pueden estar parcialmente digeridos en ácidos gástricos. Estos síntomas suelen asociarse a alteraciones digestivas, tales como problemas con el transporte de los alimentos al estómago a través del esófago, y con el estómago o el sistema gastrointestinal general.

La conducta y la apariencia de tu perro

Además de diarrea, constipación, vómitos y regurgitación, es posible que tu perro muestre cambios en su conducta y apariencia que pueden indicar alteraciones digestivas. Por ejemplo, los problemas digestivos crónicos pueden provocar incapacidad de absorber todos los nutrientes que el cuerpo necesita, lo que hace que baje mucho de peso y que su pelaje se ponga seco, opaco y quebradizo.

Los cambios en el apetito, junto con las flatulencias y el malestar abdominal, pueden ser una señal de problemas en el intestino delgado. Además, si tu perro presenta muchos de estos síntomas con frecuencia, podría deberse a que está sufriendo problemas gastrointestinales crónicos.

El primer paso para reconocer cuándo tu perro puede estar sufriendo un problema digestivo es conocer sus hábitos alimenticios y otros procesos corporales. Si su conducta cambia notoriamente, e incluso muestra señales de vómitos, constipación o diarrea, es fundamental que acudas al veterinario local para que pueda aconsejarte sobre lo que tenés que hacer.

Buscá un veterinario

Si tenés alguna duda sobre la salud de tu perro, consultá a un veterinario para obtener ayuda profesional.

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