Tu gato y las bolas de pelos
Las bolas de pelos pueden ser un problema digestivo común entre los gatos, particularmente con los gatos que viven en el interior o que tienen un estilo de vida sedentario, ya que el aseo es una de sus actividades principales.
Las bolas de pelo se forman cuando el gato se traga los pelos sueltos o muertos durante el aseo y estos se alojan en su tracto digestivo. Por lo general, el cabello ingerido en el aseo pasa a las heces del gato, pero si hay un exceso de pelo, el cuerpo del gato no puede digerirlo correctamente y se forma una bola de pelo.
Si tu gato sufre de bolas de pelo, notarás que puede tener dificultades para tragar o comer, y terminará vomitando bolas de pelo. Puedes ayudar a controlar esto eliminando el exceso de pelo mediante el cepillado y dándole un alimento que tenga la combinación correcta de fibra. Esto puede ayudar a dispersar el pelo ingerido para que pueda pasarse más fácilmente.
Enfermedades inflamatorias en tu gato
Si uno o varios de los órganos en el tracto digestivo de tu gato se inflaman, el animal experimentará molestias digestivas, y su comida podría estar irritando su sistema.
Tres órganos digestivos, el hígado, el páncreas y el intestino delgado, están muy juntos en el cuerpo del gato, lo que significa que la inflamación puede propagarse fácilmente entre estos órganos (Nota: La causa es desconocida y definitivamente no siempre es bacteriana). Esto puede provocar una enfermedad llamada triaditis felina, en la que estos tres órganos digestivos se inflaman de manera simultánea.
Si tu gato sufre de esta enfermedad, mostrará síntomas muy similares a la inflamación de un órgano: vómitos crónicos y diarrea, pérdida de peso y cambios de apetito, quizás incluso un apetito voraz a medida que intenta obtener los nutrientes que necesita y que se están perdiendo.
Esta enfermedad se puede controlar, y el veterinario intentará descartar cualquier otra causa del problema digestivo, como parásitos, antes de recetar medicamentos y recomendar una dieta específica para tu gato.
Los problemas digestivos pueden ser incómodos y desagradables tanto para ti como para tu gato, así que asegúrate de visitar al veterinario a la primera señal de cualquier problema. De este modo, sabrás que le estás brindando a tu mascota la mejor atención posible.