Lo más importante de la diarrea es que puede ser un indicador de una enfermedad mucho más importante que puede afectar a nuestro gato.
Una de las formas más sencillas de prevenir las diarreas y los trastornos digestivos en los gatitos, es darles una alimentación completa y nutricionalmente equilibrada para esta fase de crecimiento en la que se encuentran.
¿Cuáles son las causas de la diarrea?
Las causas para que aparezca pueden ser muy variadas y dependerán de la etapa de vida en que se encuentre.
Por esto, debemos diferenciar dos franjas de edad en la vida del gatito donde puede verse afectado:
1. Hasta los dos meses (destete)
Esta es una fase crítica para los gatitos con un sistema digestivo e inmune todavía inmaduro, por lo que son muy vulnerables. Además, cuando están con la madre y hermanos de camada se encuentran en un medio donde existe una carga infecciosa y parasitaria muy fuerte. También es una etapa de fuerte crecimiento y aumento de peso.
Tras el destete, el gatito se enfrenta a diversas causas de estrés que favorecen los trastornos digestivos y la diarrea como:
- Cambio de alimentación
- Abandono de la madre
- Aclimatación a un ambiente y a una microbiología diferente.
Las principales causas de diarrea en esta fase son:
- Infecciosas (virus y bacterias) o parasitarias
- Cantidad excesiva de alimento (sobrealimentación) por toma.
- En el caso de gatitos huérfanos la leche de sustitución mal preparada, mal conservada o administrada a temperatura inadecuada.
2. Desde el destete hasta el primer año de vida
En esta etapa nuestro gatito pasa de alimentarse con la leche de la madre a un alimento especial para el destete hasta los cuatro meses. A partir de aquí, empieza a disminuir el ritmo de crecimiento, pero sigue aumentando mucho la ganancia de peso, por lo que requerirá de otro alimento específico.
Las principales causas de diarrea pueden ser:
- Enfermedades intestinales.
- Víricas, bacterianas o parásitos
- Desequilibrios de la flora intestinal (microbioma)
- Mala digestibilidad del alimento
- Alimentos mal conservados
- Cambios de alimentación.
- Intoxicaciones.
- Otras enfermedades sistémicas
- Alergias o intolerancias alimentarias
En la mayoría de los casos, y si su estado general es satisfactorio, lo normal es que pueda tratarse de un problema relacionado con el alimento o una parasitosis. Pero es imprescindible que sigas las recomendaciones de tu veterinario de confianza que durante la consulta realizará las pruebas de diagnóstico necesarias y te indicará un plan de programa vacunal y de desparasitación individualizado junto con la alimentación que mejor se adapte a tu gatito.