Cómo criar a un gatito sin madre

No hay nada mejor para un gatito que ser atendido por su madre, pero como esto a veces no es posible, es necesario tener en cuenta varios factores fundamentales para que crezca sano y fuerte.

Lo primero, si no lo sabemos con exactitud, es determinar la edad del gatito, para lo que nos serviremos de ciertos acontecimientos clave en su desarrollo: si tiene los ojos cerrados, no supera los 10-12 días; si empiezan a asomar los colmillos, está entre las 2 y las 3 semanas de edad, y si ya tiene los molares, ya está en la cuarta semana de vida.

Es importante saber su edad porque durante los primeros días de vida no tiene una capacidad plena de controlar su temperatura corporal, así que, especialmente cuando no está con sus hermanos de camada, debe contar con una fuente de calor externa, tal como una lámpara de rayos infrarrojos o alguna manta calefactable. En cualquier caso, la temperatura de la cuna no debe bajar de los 28 ºC.

También es muy importante determinar su edad porque durante las primeras semanas de vida tampoco tiene el impulso natural de eliminar sus deposiciones, sino que requiere de un masaje en la zona anogenital, tal como si recibiera los lamidos de su madre. Así, al principio eliminará la orina y apenas unos segundos después, las heces.

Como todos sabemos, el gato es un mamífero, por lo que desde su nacimiento hasta las 4 semanas debe tomar leche maternizada para gatitos si es criado en ausencia de su madre. Este tipo de leche está especialmente formulada para él, por lo que tiene en cuenta su sensibilidad digestiva, la falta de madurez de su sistema inmunitario y sus necesidades nutricionales. Como la leche especial para gatitos lleva su propio biberón, no tendrías que preocuparte por este detalle, que también tiene su importancia para la boca de un animalito tan pequeño.

Gato recién nacido sentado bebiendo de un biberón.

Alimentación del gatito

Asimismo, durante la fase de lactancia debemos tener muy presente que el gatito puede necesitar hasta ocho tomas diarias, que cada toma debe estar a la temperatura adecuada (como si la ingiriera de la madre, algo por debajo de la temperatura corporal, 38 ºC) y que jamás se debe dar leche de vaca, ya que esta no tiene la concentración de nutrientes adecuada.

Ya hemos visto lo importante que es para el gatito superar con éxito la fase lactante, pero el proceso de destete es igual de relevante. Por ello, el nuevo alimento debe estar formulado específicamente para el destete del gatito y se debe incluir muy poco a poco en su dieta diaria; es decir, apenas un centímetro cúbico en las primeras tomas –hasta tener la plena constancia de que le está sentando bien y no le produce diarrea–, cantidad que se va aumentando paulatinamente.

Por regla general, los alimentos para el destete del gatito se comercializan en dos formatos, húmedo y seco. El húmedo es fácil de preparar pero su conservación es más exigente una vez está abierto el envase; por su parte, el alimento seco para el destete es muy fácil de rehidratar añadiendo agua, por lo que podemos preparar la cantidad adecuada para cada toma.

El siguiente paso sería ir introduciendo el alimento seco, pero si se deja un recipiente a su alcance, prácticamente aprenderá él solo. Eso sí, durante ese proceso debemos seguir dándole su “papilla”, que dejará de querer según vaya comiendo más cantidad de su comedero.

Finalmente, una vez que el gatito comienza a tomar el alimento seco, debe tener siempre libre acceso al agua, que debe estar limpia y fresca.

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