Los dientes del gato

Las piezas dentales de cualquier animal de compañía son un claro indicativo de su estado sanitario, del tipo de alimentación y de los cuidados proporcionados por el propietario hacia el animal.

 

Los dientes, piezas fundamentales de la salud

Los dientes no tienen una función estética exclusivamente, es decir, no deben estar limpios “para estar bonitos”, sino que una salud dental correcta desde el inicio de la vida del animal asegura un estado sanitario adecuado del resto del organismo.

Los gatitos tienen 26 dientes, pero los gatos adultos 30, colocados según unas fórmulas dentales desarrolladas al efecto según cada especie:

  • Dientes deciduos o “de leche”: 2 x (incisivos 3/3, caninos 1/1, premolares 3/2).

  • Dientes permanentes: 2 x (incisivos 3/3, caninos 1/1, premolares 3/2, molares 1/1).

Esos pequeños “alfileres” que luce nuestro nuevo amigo dentro de la boca fueron diseñados para el consumo de la carne que proporcionaban las largas jornadas de caza de los felinos de vida silvestre. Sus piezas dentales fueron pensadas para cazar, para asestar mordiscos a sus presas, para desgarrar los alimentos, etc. Por ello, esas pequeñas “perlas blancas” del gatito deben mantenerse en el mejor estado, dado que su cuidado permitirá una de las funciones vitales de cualquier ser vivo: alimentarse.

A nuestros gatos ya no les es necesario enfrentarse a largas horas de acecho, ni a duros momentos de persecución; no necesitan agotadores esfuerzos para poder llevarse algo a la boca, sino que disponen de un gran número de alimentos formulados específicamente para cubrir sus necesidades, sea cual sea su edad, estilo de vida, etcétera.

Pero, ¿cómo hacemos para mantener sanos los dientes?

Cuando el felino vivía en total libertad, la higiene dental se producía, en el mejor de los casos, por el propio consumo de las piezas cazadas. Al tener que trocearlas con sus dientes, el paso de los pelos y las plumas entre las piezas dentales hacían un efecto “similar” al de un cepillo de dientes o al del hilo dental.

Sin embargo, en la actualidad los alimentos secos (pienso) ejercen un efecto mecánico de limpieza mediante el rozamiento, que previene en cierta medida el depósito de materiales en los dientes. Incluso algunos de ellos, gracias a su composición, les aportan ingredientes que previenen la formación de sarro.

¿Y los más pequeños?

Los gatitos deben consumir un alimento adecuado a sus características, por su organismo en general y por sus piezas dentales en particular.

En una primera etapa, hasta los cuatro meses de edad, las croquetas han de estar adaptadas a las características de las piezas dentales del animal: no son permanentes ni tienen la consistencia y capacidad masticatoria de los dientes definitivos. Por ello, deben ser alimentos rehidratables fácilmente y con una textura “blandita”.

Por el contrario, a partir de los cuatro meses y hasta los doce meses, el alimento estará formulado para unas piezas dentales definitivas, con plena capacidad y que debemos cuidar con gran dedicación. ¡Son las que tendrá durante toda su vida!

Para ayudarlo, debemos aportar alimentos que favorezcan la higiene dental por su formulación y textura. Si tenemos en cuenta estos detalles, el gato no deberá realizar demasiadas visitas al veterinario.

Eso, ¿y el veterinario?

Será bueno, interesante, correcto…, ¡fundamental!, que llevemos a nuestro minino, al menos una vez al año, a que le realicen un estudio de su cavidad oral. Cuando acudamos a las vacunaciones anuales puede ser un excelente momento para revisar el estado de sus dientes.

El profesional valorará el estado higiénico de las piezas dentales, así como la presencia o no de alteraciones de la encía.

Será el momento de plantear algún tratamiento, si fuera necesario, o la realización de una limpieza dental.

Tengamos presente que a pesar de proporcionarle una alimentación adecuada, las características de la boca de algunos felinos (por ejemplo, anatomía, grado de acidez de la saliva, etc.) pueden provocar la aparición más frecuente de alteraciones en la cavidad bucal.

Por último, si desde su más tierna infancia acostumbramos a nuestro felino al uso de cepillos y pastas dentales específicos para ellos, estaremos consiguiendo que el número de posibilidades de padecer un problema dental disminuyan considerablemente.

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